Luego de 7 días de paralización y tras el consenso entre los delegados del Sindicato de Trabajadores de la Sociedad de Instrucción Primaria, este miércoles  se retomará el diálogo con los sostenedores de los colegios Matte. Se espera llegar a un acuerdo de término del conflicto.

Ha sido una semana intensa para los trabajadores de la Red de colegios de la Sociedad de Instrucción Primaria. Con una huelga y protestas que se mantienen firmes en más de 17 colegios, la movilización entra en una  etapa clave para las aspiraciones del Sindicato.

“Todos estamos dispuestos al diálogo. Hemos consultado con los delegados y las condiciones son propicias para poder llegar a un consenso que signifique un gran acuerdo para ambas partes” afirma Rosa Godoy, Presidenta del Sindicato  de la Red SIP.

En común acuerdo entre los delegados se mantiene la demanda del reajuste del sueldo a un poco menos de 6%, la vigencia del contrato de dos años y el bono de término del conflicto. Entre los puntos que fueron descartados para la negociación figura el cambio del sistema de evaluación a los docentes.

Al respecto, el Pro Tesorero del Colegio de Profesores, Eduardo González, quien asistió a las manifestaciones que realizan los docentes, afirmó que “Como Magisterio continuaremos generando redes de apoyo para esta delicada situación y otras que se presenten. Es necesario visibilizar esta problemática, si es que el sostenedor continúa con su intransigencia. Esperemos que finalmente se llegue a un entendimiento entre ambas partes”

La reunión clave entre los trabajadores y los empleadores de la red SIP se desarrollará este miércoles 3 de mayo a las  9:00 horas.

El Magisterio participó de la llamada “marcha alternativa”, en una nueva conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores.

La movilización  fue convocada por el movimiento NO + AFP y contó con la participación de distintas organizaciones sociales, políticas y gremiales. Una masiva manifestación que estuvo marcada por el actual alejamiento entre el gremio docente y la Central Unitaria de Trabajadores, CUT.

Según señaló el Secretario General del Magisterio, Darío Vásquez, el Colegio de Profesores debe mantener la “coherencia, autonomía y transparencia”, en cuanto a la decisión que tomaron los profesores en febrero pasado, donde congelaron su participación en la multisindical. “Estamos mandatados a estar fuera de la CUT, mientras no se democratice y se llame a elecciones universales en que los trabajadores puedan elegir a sus dirigentes, y hasta ahora, la cúpula de la CUT no han mostrado señales de acoger nuestra demanda”, afirmo el directivo.

En la misma línea, el Pro Tesorero del Magisterio, Eduardo González, se refirió a la tensión presente entre la CUT y aquellos gremios disidentes que se mantienen al margen de ella. “Hoy existen el sindicalismo burocrático y funcional a los gobiernos de la Nueva Mayoria, cuya expresión es la actual crisis de la CUT, y por otro lado, la tendencia a construir una nueva acción sindical que nazca desde los trabajadores y que defienda sus intereses. El Colegio de Profesores quiere hacer un compromiso con esa segunda tendencia, aquella que busca la construcción de un nuevo país con la fuerza organizada de los trabajadores”, argumentó el dirigente nacional del gremio docente.

“Basta de abuso e impunidad. Si la CUT persiste en no escuchar a los trabajadores, entonces tendremos que cohesionarnos aún más, para tomar decisiones colectivas en beneficio de la clase trabajadora”, enfatizó el Secretario General del gremio de profesores. Situación perfectamente extrapolable al descrédito de la democracia chilena, a partir de los casos de corrupción política en medio de un nuevo año electoral, donde la sociedad ha sido clara en exigir cambios profundos en el sistema de pensiones, educación, salud y, por supuesto, en materia laboral.

28.04.2017

A las comunidades educativas de todo el país y la ciudadanía.

La Agencia de Calidad de la Educación publicó los resultados del SIMCE 2016. Podemos valorar que la presentación del informe por primera vez destaca elementos y variables no considerados anteriormente, como indicadores de desarrollo personal y social (autoestima académica, motivación escolar, hábitos de vida saludable, etc.). Sin embargo, el SIMCE sigue siendo una prueba que se convierte en un ranking de establecimientos educacionales y, por tanto, que categoriza y estigmatiza. Nosotros no creemos que los resultados de pruebas estandarizadas, que miden una parte del currículo, puedan ser un indicador válido sobre cómo la escuela desarrolla todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. El notorio interés público por los resultados que entrega el SIMCE y su enorme despliegue mediático dan cuenta de una herramienta que partió siendo considerada un medio y que terminó transformándose en un fin para el sistema educacional.

Respecto al área específica de Lenguaje, compartimos la preocupación respecto al poco hábito que evidencian los niños y jóvenes por la lectura. Pero esto no es casual: el SIMCE ha estandarizado todo, también la lectura, ha ido encasillando qué y cuándo se lee, ha convertido la lectura en un acto instrumental, funcional a la prueba y, como consecuencia de ello, ha producido agobio, haciendo que la lectura por placer y libre elección vaya perdiendo terreno. Por ende, no debiera sorprender el lamentable distanciamiento de las nuevas generaciones con los libros. También llama la atención el estancamiento en el periodo 2010 – 2016 en Comprensión de Lectura y en Matemáticas, la variación en 4tos y 6tos Básicos es mínima. Es decir, con todo lo que se invierte, con todo lo que se focaliza y con todo lo que se presiona a estudiantes y docentes, el SIMCE no ha cumplido su promesa original de mejorar la educación chilena, como argumentan sus ideólogos y sus defensores. Y en relación a las diferencias de resultados según GSE, nos parece insólito que cada año se gasten miles de millones para una prueba que reafirma una y otra vez lo mismo: la brecha entre ricos y pobres se mantiene y la escuela sigue reproduciendo la desigualdad de nuestra sociedad.

Como Colegio de Profesores nos preocupa que con el SIMCE los niños y jóvenes terminen siendo un número, que pierdan su identidad y que padezcan las presiones por rendir en estas pruebas. Nos preocupa que los profesores sean empujados a focalizar su labor en adiestrar para pruebas estandarizadas en vez de educar. Nos preocupa que la política educativa imponga una lógica productivista. Hoy está más que acreditado que es profundamente incorrecto asimilar un resultado SIMCE a una expresión de calidad de la educación, las evidencias nacionales e internacionales son demasiado contundentes al respecto. Sin embargo, en nuestro país se persiste en mantener el carácter censal de esta prueba y se hace un manejo comunicacional de sus resultados que sobredimensiona su valor y, lo que es peor, se utilizan sus resultados para justificar decisiones de política educacional de claro sesgo ideológico.

Chile debe terminar con las lógicas estandarizadas de la educación, de las cuales el SIMCE es uno de sus estandartes. Estas mediciones no cumplen su promesa de ayudar a mejorar los aprendizajes y a la vez generan graves distorsiones en los procesos pedagógicos.

Llamamos a reflexionar críticamente en torno al SIMCE y sus resultados: educar no es producir salchichas.