SENADO Y COLEGIO DE PROFESORES CONVOCAN A ACTIVIDADES FORMATIVAS EN EDUCACIÓN CÍVICA PARA DOCENTES

Colaboración entre la Cámara Alta del Congreso y el gremio docente permitirá desarrollar jornadas, taller y curso de Educación Cívica especialmente dirigidos a maestros para abordar la temática desde la perspectiva del Poder Legislativo y la búsqueda de nuevas metodologías de enseñanza.

En ese marco, este jueves 12 de julio en la sede del Congreso en Santiago (Morandé 441, Santiago Centro), se realizará el taller «Nueva Mirada para la Formación Cívica y Ciudadana», que busca reflexionar sobre los contenidos y metodologías de la materia, pensando en el desarrollo de los estudiantes de enseñanza escolar como ciudadanos. La actividad será guiada por la profesora Carolina Torrejón, quien se desempeña en la Biblioteca del Congreso Nacional y no requiere inscripción previa.

Además, el 26 de julio, a las 20:30 hrs, y el 3 de agosto, a las 18 hrs, se llevarán a cabo unas Jornadas de Educación Cívica para Docentes, también en la sede del Congreso en Santiago. En la primera de ellas se abordarán los fundamentos de la Educación Ciudadana y en la segunda cómo la política pública se hace cargo de la Educación Ciudadana.

Finalmente, se desarrollará el curso «Democracia y Ciudadanía: una aproximación desde el Poder Legislativo», que abordará los enfoques de teoría democrática en el debate actual y la información del poder legislativo como herramienta para una participación ciudadana informada.

 

«TODOS AL AULA: BUROCRACIA, AGOBIO Y MERCADO EDUCATIVO»

Por Fabián Guajardo M.

Investigador Depto. Educación Colegio de Profesores

 

El Gobierno anunció en los últimos días la presentación de su plan “Todos al Aula”, instancia que gozó de una amplia atención mediática no tanto por su contenido, sino más bien por la conformación de la Comisión de Expertos que encabezará la iniciativa, presidida por Mariana Aylwin, ex ministra de Educación de Ricardo Lagos y conocida figura del mundo democratacristiano.

Las críticas desde parte importante de la oposición centradas en la figura de Aylwin arreciaron significativamente. Más allá de la grandilocuencia verbal, tal crítica tiene escaso sustento. La verdad sea dicha, Aylwin en educación ha sido siempre de una sola línea, impulsando activamente políticas enmarcadas dentro del carácter mercantil del sistema educativo chileno y el carácter subsidiario y evaluador del Estado, sosteniendo la irrelevancia del predominio público o de mercado en la educación. Mal puede sorprender entonces su colaboración con un Gobierno dispuesto a impulsar políticas del mismo signo, ya sin necesidad de presentarlas bajo ropajes progresistas.

Los actores sociales de la educación y las fuerzas de cambio que emergieron en sus luchas no pueden distraerse en la lectura fácil, centrada únicamente en una figura puntual. Aquello es precisamente lo que el Gobierno quiere. Es responsabilidad de las fuerzas de cambio poner sobre la mesa el problema de fondo en esta materia: la postergación de la Educación Pública y la autonomía en el ejercicio profesional docente para que la educación chilena sea, como todos deseamos, de mejor calidad. Conviene en tal sentido prestar cierta atención a la elección del objeto de preocupación: ¿por qué la burocracia y no el agobio laboral docente? ¿Por qué no poner en el centro el nombre que los actores de la educación dieron a las consecuencias pedagógicas de la sobrecarga durante sus movilizaciones del 2014 y el 2015?

Mercantilizar para “desburocratizar”

La apelación al combate a la burocracia como fundamento de legitimación de políticas educativas de mercado ha sido muy recurrente durante las últimas décadas. Sin ir más lejos, uno de los principales argumentos esgrimidos para la privatización de los años ochenta fue precisamente la pesada mochila de la burocracia estatal, incapaz de responder a las múltiples necesidades e intereses de las familias. Así, en nombre de la desburocratización se promovió la entrada masiva de proveedores privados, bajo el entendido que la competencia y los estímulos de mercado a la libre elección de las familias permitirían orientar los esfuerzos de manera eficiente hacia la calidad. También en aras de enfrentar la burocracia se municipalizaron las escuelas públicas, bajo el supuesto de que la administración local permitiría un mayor dinamismo de la gestión y cercanía con las familias en comparación al control centralizado. En el mismo nombre, se equipara a escuelas públicas y privadas en el sistema de subvenciones, de manera de estimular a todas por incentivos a la demanda y a la asistencia de los estudiantes. Finalmente, se dispuso la creación de pruebas estandarizadas que permitirían mostrar objetivamente quienes lo hacían bien y quienes lo hacían mal respecto a objetivos genéricos de aprendizaje.

A mediados de los noventa se repitió la escena. Los gobiernos concertacionistas ya entonces asumieron como propio el sistema de mercado heredado de la dictadura, complementándolo con programas focalizados de mejoramiento hacia escuelas desventajadas y emprendiendo posteriormente una reforma que comprendía la extensión de la jornada escolar y la consiguiente ampliación de la infraestructura de los establecimientos subvencionados. El problema burocrático esta vez se hallaba en la mentalidad de los docentes y de los encargados directivos de la gestión escolar, la mayoría también  pedagogos.

La retórica oficial presentaba a estos actores como anclados en la nostalgia del Estado Docente y su otrora condición de funcionarios públicos, e incapaces de comprender que la educación del siglo XXI demandaba disposición al cambio y voluntad de competir y moverse por incentivos. Se requería, pues, flexibilizar su régimen laboral mediante modificaciones del reciente Estatuto Docente, presentado como un lastre para la gestión eficiente de las escuelas. Se instalan también en este proceso, bajo el discurso de que la reforma “entre al aula”, las primeras iniciativas abiertamente orientadas hacia la tecnificación de la labor docente, comenzando así un largo camino de desprofesionalización del quehacer pedagógico.

Con la llegada de Ricardo Lagos al poder, y la mencionada Mariana Aylwin al Ministerio de Educación, la discusión sobre la burocracia dará un paso más. Frente a las escasas demostraciones de mejora del sistema escolar a partir de las reformas emprendidas en los noventa comienza una intensa y sistemática apelación hacia la necesidad de control y rendición de cuentas por parte de los actores educacionales. Ya el programa de Gobierno de Lagos era explícito sobre este punto, señalando que “Seremos exigentes en todos los aspectos de la calidad y los resultados de la educación. Promoveremos metas altas en todos los niveles; exigiremos que los establecimientos asuman mayor responsabilidad sobre su desempeño y sobre los resultados que obtienen; daremos amplio apoyo a los docentes, y ejerceremos una exigente evaluación de su formación, perfeccionamiento y trabajo en la sala de clase (…) y aplicaremos continuamente medios de evaluación y acreditación de la calidad, sobre todo en el caso de los programas que atienden a los niños y jóvenes de los sectores más vulnerables”.

Así, en nombre de la desburocratización y la rendición de cuentas, la educación escolar chilena se irá convirtiendo en un sistema cargado de paradojas. Con más recursos y capacidades que nunca en su historia, el Estado multiplica su accionar, pero ya no como productor de educación. Ante el predominio privado, la labor estatal se orienta al aseguramiento de la calidad, a dejar que los actores funcionen con autonomía de un plan de orden nacional, pero los obliga a que respondan a los incentivos y exigencias que impone el orden institucional de un Estado Evaluador.

Comienza una carrera por orientar la calidad mas no por producirla. De esta forma se multiplican las evaluaciones, en distintos momentos y a los distintos actores. Las presiones sobre los docentes, en sus evaluaciones o en los incentivos académicos, se instalan en mecanismos que precisamente  están fuera del aula y de la escuela. La planificación y seguimiento de la gestión se vuelve una demanda adicional de trabajo para el conjunto de los actores escolares, especialmente directivos, pero que en muchos casos no pasan de ser rituales de llenado de formularios para obtener recursos que simplemente se usan para que las escuelas sigan funcionando, como sucede en la práctica con los recursos SEP en las escuelas públicas. Se estandarizan los objetivos educativos y los procedimientos, mediante evaluaciones como el SIMCE que han demostrado tener consecuencias nefastas en la reducción de las experiencias de aprendizaje de los estudiantes y ser un aporte muy limitado en orientar decisiones pedagógicas de directivos y docentes. Proliferan también los convenios de gestión y la rendición de cuentas, haciendo que las preocupaciones estén cada vez más en el logro de metas definidas en abstracto, por fuera de la escuela, y menos en el trabajo pedagógico.  

Vinculadas a altas consecuencias –recibir o no asignaciones económicas, continuar o no con el proyecto educativo- esta serie de elementos de evaluación y control constante se vuelve el corazón de las preocupaciones de las escuelas, y no si los niños, niñas y jóvenes desarrollan todas su posibilidades de aprendizaje. El giro de la labor estatal a los aspectos evaluativos, que suponía una solución a la burocracias, conllevó, a la larga más, y peor burocracia para las escuelas. Inclusive, de manera más dramática, es difícil imputar a dichos mecanismos algún tipo de mejora significativa de la calidad en la educación.

No es extraño entonces que en las escuelas se instale una suerte de evidenciofrenia, donde todo requiere de evidencias para rendir cuentas. Hoy a nadie le parece extraño ver a una profesora o profesor que al final de una salida pedagógica o un taller con sus alumnos, comience a sacar  fotos compulsivamente a todo lo que permita demostrar que el trabajo se hizo como se comprometió en el formulario por el cual se aprobaron los recursos para la actividad; o que se intente porfiadamente dar cuenta de una experiencia extracurricular en una rúbrica que demuestra que esa acción sirve para mejorar la lecto-escritura de los estudiantes -que será lo evaluado al final del periodo-.

La verdadera paradoja de “Todos al Aula”

La reforma del último gobierno, de la Nueva Mayoría, no modificó en lo esencial las disposiciones señaladas en los párrafos precedentes. Es más, llevó la lógica del Estado Evaluador y la rendición de cuentas a nuevos ámbitos: el control de los convenios de contratación de los directivos mediante el sistema de Alta Dirección Pública; la instalación del sistema de desarrollo profesional docente basado en evaluaciones ajenas al aula; y la definición de una serie de disposiciones dirigidas a empujar al sistema escolar -en teoría- a mayores niveles de inclusión.

En este escenario, lo realmente llamativo del PlanTodos al Aula del actual gobierno no es la convocatoria de actores partícipes o colaboradores de los gobiernos concertacionistas, como es el caso de la mencionada Mariana Aylwin. La verdadera contradicción está en pretender desburocratizar las escuelas convocando a los mismos actores que han sostenido y promovido una organización del sistema escolar basada en la sobrecarga burocrática, a través de intrincados -y cada vez más sofisticados- sistemas de rendición de cuentas de altas consecuencias hacia las escuelas y hacia los docentes. Se convoca a “devolver la educación al aula” precisamente a quienes han trabajado sistemáticamente en sacarla de allí, a punta de apoyos, incentivos, evaluaciones y presiones orientados de manera externa.

En tal sentido, la presencia de Mariana Aylwin encabezando la comisión del plan, más que un atrevimiento debe ser visto como un cazabobos, en una vuelta al tronco guía de las políticas de mejoramiento y aseguramiento de la calidad escolar que han sido sostenidas de manera continuada en el sistema chileno, ahora sin maquillajes ni retóricas de ajuste.

Entonces, ¿por qué hablar de burocracia y no de agobio? Tal diferencia no es casual. En la definición se juega quién ingresa y con qué autoridad ingresa al aula y el argumento antiburocracia se apresta una vez más a ser enarbolado como sostén para políticas de privatización del sistema, de desprofesionalización de los docentes y la profundización de la acción subsidiaria del Estado. El asunto detrás del agobio es que deja de manifiesto que la rendición de cuentas y el Estado Evaluador en realidad se ha vuelto un impedimento para que los docentes puedan hacer su trabajo pedagógico. No es sólo un asunto de condiciones mínimas para el ejercicio laboral -como el respeto por los tiempos de descanso- sino que la sobrecarga anida precisamente en un sistema atiborrado de evaluaciones desprovistas de sentido pedagógico, en incentivos por desempeño fuera del aula, y en un sin fin de instituciones públicas entregando directrices -a veces contradictorias- sobre qué se debe hacer en las escuelas y fijando metas ajenas al trabajo pedagógico. Este conjunto de mecanismos simplemente generan un escenario que hace imposible que los docentes puedan producir lo que interesa que produzcan: más y mejores experiencias pedagógicas para que los estudiantes chilenos generen aprendizajes significativos.

Está por verse si cuando se habla de “Todos al Aula” se busca abrir la posibilidad real de eliminar presiones en los espacios escolares, o por el contrario se continuará en la porfiada proliferación de éstas. Pero por ahora, en su sencillez, la imagen de una sala atiborrada de gente, de expertos en educación, de asesores técnicos pidiendo el llenado de uno y otro formulario, de tomadores de decisiones diciéndoles a los profesores cómo hacerlo bien, y de encargados ministeriales presionando por el cumplimiento de alguna meta, todos juntos entrado al aula, como el plan lo propone, no puede sino representar el peor de los mundos para las escuelas, más burocracia y más agobio.

OPINIÓN: «EL CIERRE DEL LICEO AMUNÁTEGUI»

Por Álvaro Mardones
Profesor e investigador del Departamento de Educación del Colegio de Profesores

La toma y posterior incendio en parte de las dependencias del Liceo Amunátegui, perteneciente a la Municipalidad de Santiago, permiten al Alcalde Alessandri tener la argumentación mediática y comunicacional perfecta para clausurar un Liceo con 128 años de tradición educativa en el Barrio Yungay de Santiago, con un alto número de estudiantes migrantes que permitió a esta unidad educativa, y otras de Santiago Centro, aumentar la matricula y evitar el cierre por baja subvención y déficit estructural.

Sin embargo, la argumentación incendiaria del Alcalde, tan buena comunicacionalmente, tiene falencias y debilidades jurídicas evidentes. Él se encubre ligeramente de un decreto de la SEREMI de Educación Metropolitana del 10 de Enero del 2010, según el cual la Secretaría Regional Ministerial puede suspender las clases por sismos, cortes de luz, agua o fuerza mayor.

El propio Seremi autoriza, en el caso del Liceo Amunátegui, la suspensión de clases a través de resolución exenta el día 18 de Junio, sobre hechos ocurridos el día 16 del mismo mes. La celeridad de la tramitación de la suspensión es sorprendente, mas aún cuando la misma resolución informa que fue la propia Directora de Educación de la Municipalidad de Santiago quién pidió la suspensión. Y por tanto, me hago las siguientes preguntas al respecto:

  1. ¿Dicha resolución fue un pedido por escrito o meramente verbal de la Directora de Educación de la Municipalidad? La resolución no identifica una carta formal.
  2. ¿Por qué la respuesta tarda solo dos días, siendo que lo normal frente a un pedido administrativo es de 20 días hábiles? ¿Existe un procedimiento exprés disponible para cualquier usuario que requiera los servicios burocráticos de la SEREMI Metropolitana?
  3. ¿Por qué no se informa primariamente a la Superintendencia de Educación? Es esta dependencia la que debe velar si se cumple a cabalidad el derecho a la educación,  y no la SEREMI de Educación. ¿Realizó la denuncia a la Superintendencia de Educación la Directora de Educación del Municipio, como indica la Ley?
  4. Finalmente, ¿la SEREMI Metropolitana de Educación actuó de oficio o por pedido oficial de la Directora de Educación Municipal de Santiago?

El cierre o suspensión indefinida en pleno año lectivo de una escuela es, como dirían los políticos gringos, “ la opción nuclear”. Debe tener herramientas jurídicas y administrativas muy potentes e irrefutables para que evite una reversibilidad por

  • a) impugnación administrativa en la misma SEREMI Metropolitana, quien decreta el cierre técnicamente, ya que esta vulnerando el principio de imparcialidad administrativa entre otras,
  • b) denuncia a la Superintendencia de Educación, por vulneración de derecho a la educación y cancelación masiva de matrículas en forma arbitraria sin proceso administrativo alguno
  • c) Recurso administrativo ante la Contraloría General de la República, por sobrepasar decretos y leyes
  • d) Recurso de Protección ante la Corte de Apelaciones en contra la resolución antojadiza de la SEREMI
  • e) Denuncia al TRICEL al propio Alcalde por notable abandono de deberes, al promover y destruir la educación publica de su comuna. En este último caso puede suponer la pérdida de su condición edilicia.

El Alcalde debe tener espaldas muy anchas de respaldo político del propio Gobierno para actuar con este nivel de despliegue escénico. Sin duda, está poniendo en riesgo su propio puesto alcaldicio. Por su parte, la opinión pública, los estudiantes, docentes y apoderados están ad portas -si el recurso de cierre arbitrario de escuelas es exitoso- de enfrentar el cierre masivo de establecimientos educativos municipales por parte de alcaldes que usan para aquello eventos desgraciados que pueden seguir ocurriendo al interior de las escuelas públicas y, en consecuencia, las SEREMIS de Educación -por medio de resoluciones compulsivas-  terminen clausurando escuelas por situaciones impredecibles o intrigas de dudoso origen.

PRESIDENTE DE COLEGIO DE PROFESORES PRESENTÓ LIBRO SOBRE EDUCACIÓN EN ROSARIO

Este jueves en la Escuela Normal Superior Nº 36 «Mariano Moreno» de Rosario, Argentina, y ante una audiencia de estudiantes de educación primaria, el líder del Magisterio chileno, Mario Aguilar, presentó su libro «Pedagogía de la Intencionalidad. Educando para una conciencia activa», un texto coescrito con la docente e investigadora Rebeca Bize, en el cual se proponen un nuevo paradigma educativo. En la presentación participó también la investigadora de la Universidad Nacional de Rosario, Cecilia Bixio.

«Pedagogía de la Intencionalidad» ha sido editado en varios países de Latinoamérica y en Argentina ya cuenta con una segunda edición por parte de la destacada editorial educativa Homo Sapiens. El texto inicia con un comentario reflexivo escrito por Humberto Maturana y plantea una concepción original del concepto de ser humano para, desde ahí, plantear nuevos fundamentos para la teoría y práctica educativa.

El sábado 23 de junio, Aguilar realizará el taller «Aplicaciones prácticas de la pedagogía de la intencionalidad» dirigido a estudiantes y educadores en la Jornada de Educación Humanizadora organizada por COPEHU en Parque de Estudio y Reflexión Carcarañá.

 

 

Cobertura de prensa local a presentación:

CON DIVERSAS ACCIONES COMUNIDAD EDUCATIVA SE RESISTE AL CIERRE DEL LICEO AMUNÁTEGUI

Estudiantes, profesores y apoderados participaron del Concejo Municipal de Santiago para exponer su rechazo a la medida decretada por el Alcalde, Felipe Alessandri, tras el incendio que afectó al establecimiento educacional cuando permanecía en toma estudiantil.

“Las acciones del alcalde son desmesuradas y pedimos que deje actuar a la propia comunidad para restablecer el espacio y poder hacer nuestras funciones con los estudiantes, apoderados, vecinos incluso con ex alumnos. Proponemos que todas las medidas sean consultadas porque un cierre del liceo nos va a afectar a todos”, sostuvo Luis Velarde, Secretario del Consejo Gremial del Liceo Amunátegui.

Ante el Concejo Municipal, el Alcalde Alessandri reconoció que el cierre fue su decisión y que la medida recibió el apoyo de la SEREMI y del MINEDUC, lo que implica el término del año escolar 2018 y el regreso al establecimiento recién en marzo del próximo año. Según la autoridad existen informes técnicos que impedirían retomar en lo inmediato las actividades normales en el liceo.

Anteriormente, la comunidad del Liceo Amunátegui se reunió afuera del recinto porque no se permitió el ingreso para coordinar las acciones y los pasos a seguir en este conflicto. En la cita participó el Mario Aguilar, Presidente del Colegio de Profesores, quien entregó su apoyo y respaldo público a los docentes y estudiantes. Por la tarde,la misma comunidad se manifestó en la Plaza de Armas en el frontis de la Municipalidad de Santiago.

En paralelo, circuló una carta pública firmada por diversas autoridades, ex alumnos y personalidades públicas en la cual destacan el carácter histórico del Liceo Miguel Luis Amunátegui, que cuenta con 128 años de trayectoria; rechazan las acciones y los hechos que culminaron con la destrucción de parte del recinto y, a su vez, los firmantes se oponen a la medida de cierre decretada por Felipe Alessandri, a quien llaman a buscar soluciones en conjunto con la comunidad.

“Las gestiones continuarán porque este viernes el equipo directivo del liceo se reunirá con representantes de la Dirección Municipal de Educación para conocer la respuesta del alcalde sobre la solicitud de mantener el año escolar hecha por la comunidad educativa. El sábado habrá dos hitos: primero, los profesores recibirán a los apoderados quienes respaldarán el proyecto educativo del liceo mediante la firma de un documento que impida el traslado de sus hijos. Segundo, un grupo de ex alumnos intentará ingresar al recinto para realizar labores de limpieza y aseo, además pintar murallas de los patios y de las salas de clases”, describió Velarde.


 

 

ASÍ FUE LA MOVILIZACIÓN CONTRA CIERRE DE COLEGIOS EN LO BARNECHEA

Profesores, estudiantes y apoderados se hicieron presentes a primera hora de la mañana en el centro de la comuna para manifestarse en contra del proyecto de cierre de colegios que impulsa el alcalde Felipe Guevara. Luego de hacerse presentes en las calles, entregaron una carta en la Municipalidad y fueron recibidos por autoridades del Departamento de Educación Local.

 

COLEGIO DE PROFESORES CUESTIONA COMISIÓN PRESIDENCIAL DEL PLAN «TODOS AL AULA»

Sorpresa e inconformidad en el Magisterio generó la ceremonia de presentación del plan «Todos al Aula» en La Moneda, encabezada por el Presidente Sebastián Piñera. «No nos deja conformes ni el procedimiento ni los integrantes de la Comisión, porque esta es una comisión absolutamente sesgada», señala Mario Aguilar, Presidente del Colegio de Profesores.

Junto al Ministro y al Subsecretario de Educación, y con la presencia de diversas autoridades, el Presidente de la República lanzó el plan «Todos al Aula», que según el primer mandatario busca «aliviar, reducir esta sobrecarga burocrática, de papeleos, de gestiones, de trámites y liberar, en consecuencia, a nuestros directores y profesores para que dediquen todo ese tiempo y -sobre todo- toda esa mayor motivación, a estar dentro de la sala de clases, enseñando, motivando, preocupándose de cada niño y, de esta manera, lograr un avance importante en el campo de la calidad».

«La ceremonia nos sorprendió muchísimo, porque no es lo que se nos había conversado respecto a la composición de la comisión, en donde hay una total y absoluta desproporción de integrantes del mundo privado y la educación pública está absolutamente minimizada. Además, salvo una posible representación docente a través nuestra, de todos los demás actores ninguno tiene experiencia práctica en aula escolar, y eso es bastante curioso en una comisión de expertos para resolver el tema del trabajo en aula», critica el líder del profesorado.

«También fue una sorpresa para nosotros la participación de la señora Mariana Aylwin y también su condición de Presidenta de Comisión, situación totalmente unilateral y jamás consultada. Nosotros opinamos que cualquier comisión que se forme deben ser los propios miembros los que deben darse su representación y definir quién la va a presidir. Si eso viene predefinido, estamos hablando de una cosa que ya está bastante cortada y precocinada», agrega Aguilar.

«Vamos a analizar esta situación más colectivamente, tanto en el Directorio Nacional como probablemente en la Asamblea Nacional de este viernes, pero puedo adelantar desde ya que no nos deja para nada satisfechos ni conformes, porque ahí lo que se aprecia por parte del Gobierno y el Ministerio de Educación es que se conforma una comisión en donde se otorga un privilegio absoluto a la educación particular y se minimiza de una manera muy fuerte a la educación pública. En los próximos días vamos a dar a conocer nuestra resolución sobre si participamos o no», concluye el presidente del Magisterio.

 

MAGISTERIO ENFRENTA MACHISMO PRESENTANDO INFORME SOBRE SESGO DE GÉNERO EN EDUCACIÓN

Magdalena Reyes, Directora Nacional y encargada del Departamento de la Mujer y Género del Colegio de Profesores, dio a conocer informe sobre sesgo de género en el sistema educativo chileno elaborado por el Departamento de Educación del Magisterio. Documento servirá de insumo para la discusión amplia entre los docentes del país para la generación de propuestas y prácticas que permitan avanzar hacia una educación no sexista.

«Contribuir activamente como gremio a un cambio de paradigma educacional que erradique todo sesgo sexista en el sistema educativo nos parece de prioridad», señaló la dirigenta Reyes.

«PROYECTO AMUYAYAÑA: CAMINANDO JUNTOS HACIA UNA COMUNIDAD REFLEXIVA»

Teniendo como premisa que «solo se puede aprender aquello que se ama», docentes de Arica han desarrollado la experiencia pedagógica «Proyecto Amuyayaña», que busca poner a las emociones de estudiantes y profesores como eje central del proceso de enseñanza-aprendizaje, convirtiendo a la escuela en un espacio emocional y reflexivo. Aquí, Félix Milanés, docente participante del proyecto y Presidente del Comunal Arica del Colegio de Profesores, aborda el desarrollo de esta experiencia.

revista docencia extracto

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Este artículo fue publicado originalmente en la Revista Docencia Nº61. Puede conocer más de esta publicación del Colegio de Profesores de Chile en: http://revistadocencia.cl

CON TALLER Y CURSO EN RANCAGUA Y SANTIAGO COMENZÓ ESCUELA PERMANENTE DEL COLEGIO DE PROFESORES

La iniciativa de autoformación docente, impulsada por el Departamento de Educación del Magisterio, tuvo su inicio con el curso «Neurodidáctica» y el taller «5 ritmos del cuerpo», que se desarrollaron en Santiago y Rancagua, respectivamente. Están programadas nuevas sesiones de cursos y talleres en Rengo, Temuco y la capital, y pueden sumarse otras a petición de maestros organizados en cualquier punto del país.

«El taller trabaja la conciencia y la expresión corporal, porque el profesor utiliza su cuerpo en todo momento y este incide permanentemente en el estado de ánimo, en la energía, en el modo de actuar. Y es un contrasentido que se le de tan poca importancia si es la herramienta con la que nos movemos», señala Marcelo Castillo, profesor e investigador del Departamento de Educación que imparte el taller «5 ritmos del cuerpo», basado en la metodología desarrollada por la destacada bailarina estadounidense Gabrielle Roth, que incluye dinámicas prácticas de movimiento. Su primera sesión se desarrolló en Rancagua y ya tiene una nueva versión programada para el jueves 7 de junio en Santiago.

«La Escuela Permanente se enmarca en el objetivo del gremio docente de fortalecer el desarrollo pedagógico y volver a situar al Colegio de Profesores como un referente educativo, especialmente desde el nuevo paradigma de la transformación y no solamente de la implementación del currículum nacional», planteó Eliana Rojas, Directora Nacional y encargada del Departamento de Educación del Magisterio.

La Escuela Permanente ofrece más de 60 cursos y 16 talleres, que pueden implementarse de manera descentralizada en todo Chile, a través de la solicitud de profesores organizados que deseen cursar alguna de las alternativas propuestas. Entre el 17 y el 20 de julio -coincidiendo con las vacaciones- se desarrollará una Escuela de Invierno en Temuco, con algunos de los cursos y talleres de la Escuela Permanente, entre los que se cuentan «Historia de los movimientos sociales por la educación», «Teatro y Aprendizaje» y  «Manejo del estrés», entre otros.

Para obtener más información, puede visitar este enlace.