«EL MONOCULTIVO FORESTAL PONE EN RIESGO A NUESTRO ECOSISTEMA»

El presidente del Colegio de Profesoras y Profesores de Chile, Carlos Díaz Marchant, realiza una crítica hacia el monocultivo forestal como los responsables de la rápida propagación de incendios que está ocurriendo en el sur del país. El centro sur de Chile se encuentra dominado por la plantación de pino y eucalipto, especies inflamables introducidas, reemplazando miles de hectáreas de bosque nativo, que se encuentran distribuidas homogéneamente por el territorio ocasionando un rápido avance de los incendios y su complejo control. La inexistencia de instrumentos legales que controlaran la actividad forestal desde sus inicios ha ocasionado que las empresas CMPC (Grupo Matte) y Forestal Arauco (grupo Angelini) tengan libertad de plantación incluso en riberas de ríos, lagos y humedales. Ecosistemas que son fundamentales para mantener la humedad ambiental y ser cortafuegos naturales.

«De no producirse cambios radicales en el actual modelo forestal, la propagación de incendios, como los actuales, serán aún más devastadores en el futuro próximo» expresó el presidente del gremio sobre las consecuencias de un desmedido monocultivo en la propagación de incendios.

La pérdida del bosque nativo mencionado se debe al decreto de Ley 701 (DL-701) para el fomento forestal que permite la plantación de gigantes extensiones de terrenos de las especies pinos y eucaliptos. Estas plantaciones de monocultivos imposibilitan el desarrollo de bosque nativo debido a la gran acidificación de los suelos y su alto consumo de agua. Además, un 70% de ellas provienen de territorios en los que los incendios forestales se presentan de manera frecuente y natural, ocasionando que su adaptación y reproducción sea altamente exitosa después de los incendios.

El decreto DL-701 afectó la provisión de servicios ecosistémicos de regulación que podrían ser de utilidad para la prevención de los inicios del incendio o mitigar sus impactos. Además, permitió que las familias Matte y Angelini se hicieran con el 70% de la industria forestal y se establecieran sin ninguna regulación. Algo que ocasionó, además, que las comunidades que habitan los entornos rurales no tengan poder ni espacio de decisión sobre lo que ocurre en los territorios en los que habitan.

 

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