«POR PRIMERA VEZ UN PRESIDENTE NACIONAL DEL MAGISTERIO VIENE A NUESTRA COMUNA»

Emplazada en la provincia de Limarí, Región de Coquimbo; Punitaqui tiene un poco más de 7 mil habitantes y de sus 23 colegios, 21 son rurales. Una localidad, donde sus comunidades educativas vivieron en carne propia la inclemencia de la pandemia: escasa conectividad, nula capacitación para ocupar las plataformas digitales y falta de equipamiento; fueron algunos de los problemas que tuvieron que enfrentar los docentes de la zona. Los mismos, que representados por el Comunal Punitaqui del Magisterio, celebraron la visita del presidente nacional del Colegio de Profesoras y Profesores de Chile, Carlos Díaz Marchant: «Nunca un presidente nacional de nuestro gremio había venido para acá y menos, nos había acompañado como directiva en nuestra presentación oficial ante nuestro alcalde, eso nos da un gran respaldo», enfatizó Marco Álvarez presidente del Comunal Punitaqui.

De hecho, tras la visita el edil de Punitaqui, Carlos Araya Bugueño, se comprometió en otorgar en el corto plazo una oficina para atender a los docentes y posteriormente, un espacio donde la directiva comunal pueda sesionar. «Actualmente la comuna de Punitaqui no cuenta con una sede del Colegio de Profesores y eso espacio es esencial, nuestro trabajo en una zona como ésta es muy relevante, por ejemplo tenemos un proyecto para presentárselo al Departamento de Educación de la Corporación Municipal para establecer algunos caminos que permitan facilitar la capacitación digital y para generar estrategias que permitan que todos los estudiantes tengan los insumos necesarios para acceder a sus clases, es decir, nuestra idea es conformar una alianza para fortalecer el acceso a la educación de los estudiantes», agregó Marco Álvarez.

En ese sentido, el presidente nacional del Magisterio, señaló: «Realidades como las que se viven en Punitaqui, se multiplican a lo largo y ancho del país, por eso ha sido muy relevante trasladarme por tierra y conocer de primera mano, a través de la conversación directa con las y los profesores, la situación que viven cada día y saber cómo podemos aportar para que esa situación mejore. En esta visita por ejemplo, me reuní con los docentes de la Escuela Bélgica, donde me comentaron que en pandemia tuvieron que grabar cada una de sus clases y así se las entregaban una vez a la semana a esos estudiantes que no tenían acceso a internet o a una tablet para asistir a clases sincrónicas. Esa son cuestiones, detalles, que marcan la diferencia, y a la que solo tenemos acercamiento cuando salimos de la oficina y hacemos nuestro trabajo en la calle; ese será nuestro hilo conductor en nuestra gestión como Directiva Nacional».

 

 

 

 

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