“EN BOLIVIA CREAMOS UN MODELO DE EDUCACIÓN SOCIOCOMUNITARIO PRODUCTIVO, PERO NO CAPITALISTA”

Con rigurosa precisión, Rosmery Uyuli, Doctora en método, evaluación e investigación educativa de la Universidad Complutense de Madrid, describe las características del nuevo modelo educativo boliviano. La académica que se desempeñó en distintos ministerios en el gobierno de Evo Morales, dictó una charla en el Departamento de Educación del Magisterio. Hoy está radicada en Chile donde se propone aportar su experiencia.

Cuéntenos ¿Cuál fue su experiencia en el cambio de modelo de educación en su país?

Participé en la construcción sistemática de un modo de educación. El modelo que desarrollamos es una construcción colectiva con los pueblos originarios, con las instituciones, con la empresa privada, con las ONGs, en fin con todos los actores de la comunidad. Con ellos realizamos diversos encuentros y generamos conocimiento. Así  surgió este modelo educativo y la implementación de la Ley Avelino Siñani y Elizardo Pérez en los distintos niveles (Ley de la Educación Nº 70 promulgada en La Paz el 20 diciembre 2010).

¿Cómo describiría el modelo de educación boliviano que usted ayudó a diseñar?

El modelo es sociocomunitario productivo, es decir, se plantea desde la sociedad  y va hacia la producción, pero entendida no en el marco capitalista. Es la producción en un marco comunitario donde favorece a toda la comunidad, pero donde ella garantiza la producción. Esta se debe entender como una producción intelectual, material y artística. Eso hace a la vez generar una multiplicación del trabajo y de las oportunidades para todos.

¿Cuánto de ese modelo educativo depende del factor político?

El proceso de cambio de las estructuras coloniales, especialmente, las mentales, es decir nos hemos formado en un sistema muy occidental y cuando nos planteamos un cambio político en nuestro país, decimos que ese sistema poco a poco vaya desvirtuándose y desestructurándose. Nos reconocemos desde nuestra identidad, yo me reconozco quechua y participo de este proceso de cambio, y me instaló en el mundo y participo del gobierno desde mi cambio profundo de reconocerme políticamente quechua. Procuro entonces que surja una nueva tendencia comunitaria vinculada a la madre tierra con un ser espiritual muy fuerte que es capaz de transformar la producción, la economía y todos los campos.

¿Si este cambio de paradigma que plantean no es capitalista, entonces, tiene carácter socialista?

El concepto es distinto, la dicotomía socialista o capitalista se avalan ambas, por negación y por dialéctica. Las condiciones que plantea el marxismo para este tiempo no fueron bien vista por nosotros, porque como pueblo nos gusta vivir bien, es decir, tener una calidad de vida buena. No nos gusta plantearnos la pobreza como forma de igualdad, partimos desde el vivir bien para vivir bien y así se proyecta el proceso político en Bolivia. De hecho, el gas y todos los recursos naturales nacionalizados con Evo Morales son recursos estratégicos que nos benefician como pueblo y están puestos en dirección a estos cambios.

En Chile las reformas se topan casi siempre con traumas, entre ellos, el temor a los cambios de todo tipo ¿Usted lo nota así o tiene otra apreciación?

Yo creo que existe un trauma con la dictadura y una no haber reconciliado con el tema de Pinochet porque sigue vigente y lo veo en todas partes. En este marco, lo importante es plantearse desde otra mirada y es bueno reconocer las raíces de cada persona, de cada comunidad, de cada organización, en el municipio, en el barrio, qué hacen, qué productivo hacen. No se puede dar el rol de todo poderoso al Estado, porque el gobierno no va resolver los problemas de relaciones sociales, culturales, económicas en todos los lugares. Si no hay un cambio estructural en las personas no es posible el cambio.

¿Qué labores cumplirá en nuestro país?

Estoy aquí en la Corporación Futuro Humano como la Coordinadora del Área de Educación. Desde ahí he planteado una propuesta para la UNESCO sobre Ciudadano Digital donde se busca una incorporación de los estudiantes hacia el mundo en un marco globalizado. Esa construcción debiera partir de encuentros nacionales utilizando la tecnología, donde se incluye la parte política, técnica, pedagógica, pero también mucho de la filosofía de los pueblos originarios que hay en Chile.